El empleo sumergido, también conocido como trabajo “sin contrato”, ha sido un problema persistente en España durante años. Mientras que algunas personas pueden verlo como una solución temporal a situaciones individuales, su impacto en la economía es profundo y multifacético. Laborley, con su compromiso de entender y ayudar a mitigar los problemas laborales, analiza cómo esta forma de empleo afecta a la economía española en su conjunto.
1. Erosión de la base impositiva
El trabajo sin contrato, por naturaleza, escapa a las garras de la tributación. Esto significa que tanto los empleadores como los empleados no están contribuyendo al sistema de seguridad social ni están pagando impuestos sobre la renta, entre otros. A largo plazo, esto erosiona la base impositiva del país, limitando la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura, salud, educación y otros servicios públicos esenciales.
2. Desigualdad y falta de protección laboral
Desde la perspectiva del trabajador, el empleo sumergido puede parecer una solución inmediata ante la falta de oportunidades. Sin embargo, estos trabajadores carecen de protecciones legales, no tienen derecho a la seguridad social ni a los beneficios laborales que conlleva un contrato. Esto profundiza las desigualdades, ya que estas personas son más vulnerables a la explotación y pueden enfrentarse a condiciones de trabajo precarias.
3. Competencia desleal
Laborley ha identificado que las empresas que emplean trabajadores “sin contrato” pueden ofrecer precios más bajos, ya que evitan los costos asociados con la contratación legal, como las cotizaciones a la seguridad social. Esto crea una competencia desleal en el mercado, poniendo en desventaja a las empresas que sí cumplen con sus obligaciones legales y tributarias.
4. Inestabilidad económica
El empleo sumergido crea una economía paralela, lo que dificulta que las autoridades obtengan una imagen clara y precisa de la salud económica real del país. Sin datos precisos, las políticas gubernamentales pueden no ser adecuadas para abordar los problemas actuales, lo que puede llevar a decisiones económicas inapropiadas y a la inestabilidad a largo plazo.
5. Potencial desaprovechado
Finalmente, es esencial considerar el talento y el potencial desaprovechados. Muchos trabajadores en el empleo sumergido poseen habilidades y capacidades que, si se canalizaran adecuadamente a través de la educación y la formación, podrían aportar de manera significativa al crecimiento económico del país.